[COLUMNA] Reconocimiento al turismo y a la cultura ancestral

El turismo ha sido uno de los sectores más afectados por las consecuencias de la emergencia sanitaria del Coronavirus, de eso no hay duda, y así como otros grandes motores de la economía nacional y regional, el de los viajes y todos los actores involucrados en esta materia han comenzado a observar una cierta luz en el horizonte.

Sin olvidar la presencia del Covid-19 en nuestras vidas y estando pendiente del autocuidado y de adoptar todas las medidas necesarias para contener su propagación, durante los últimos días, recibimos una gran noticia relacionada con el motivo de estos breves comentarios.

La Organización Mundial de Turismo otorgó a Puerto Williams el sello Best Tourism Village, reconocimiento que destaca a los pueblos que, a través de la actividad turística, “preservan la cultura, las tradiciones y fomentan al sector como un motor del desarrollo y bienestar de las comunidades”.

Se trata de un reconocimiento otorgado durante la vigésima cuarta reunión de la Asamblea General de la OMT en Madrid, donde se valora tanto los productos como todas las acciones que se generan a nivel local en beneficio de un turismo sustentable y basado en el respeto a la naturaleza y la cultura.

Esta distinción dirigida a las personas que trabajan en el sector turístico y que ponen todos sus esfuerzos para poder entregar un producto cada vez mejor, es al mismo tiempo, un estímulo para seguir desarrollando un turismo que sea todavía más amigable con el entorno y que tenga en el centro a las comunidades locales y su identidad.

Como elemento relevante para las economías internas, el turismo debe ser uno de los sectores más transversales que podemos observar a nivel regional, si consideramos que aquí confluyen no solo los elementos naturales, también cobran importante relevancia la cultura, la educación, el medio ambiente, y por supuesto, los habitantes que dan vida al destino.

En este mismo sentido, recientemente el ministro de Bienes Nacionales, junto a la seremi del área estuvo en la Provincia Antártica Chilena para conmemorar las dos décadas de la Ruta Patrimonial Dientes de Navarino y los circuitos Wulaia y Lago Windhond que podrán estar disponibles próximamente en la aplicación móvil de las rutas.

No hay duda que el turismo posee un potencial prácticamente sin límites, con una proyección única para que pueda beneficiar a muchas familias y poner en valor a la región y a la provincia como centro de atención para el mundo. En este aspecto, es necesario, además, mantener un diálogo activo con los protagonistas del sector para acordar acciones conjuntas que permitan seguir desarrollando un turismo cada vez más sustentable y sostenible.

La experiencia nos lleva a tener más presente que nunca los efectos del cambio climático y la necesidad de poner en práctica un turismo que sea respetuoso con el medio, con la cultura y el patrimonio.

Aquí cobra especial atención la educación y el cómo el turismo puede parte de la educación local, formal e informal para un desarrollo más inclusivo, participativo e integrador que facilite la creación de más y mejores puestos de trabajo para mejorar la calidad de vida de las comunidades.

La construcción del futuro y el desarrollo debe ser inexcusablemente sustentable y aquí el turismo nos plantea nos plantea una oportunidad, un gran desafío y una gran responsabilidad.

Por Nelson Cárcamo Barrera
Delegado Presidencial Provincial de la Antártica Chilena.
Columna de opinión publicada el 12 de diciembre suplemento “Análisis” de Diario El Pingüino.