En 2017 conocimos detalles de un estudio realizado por profesionales de la Universidad de Magallanes donde se señalaba que un 37,9 por ciento de las mujeres que viven en la región presentaban algún tipo de violencia física, psicológica, sexual, leve o grave por parte de su pareja.
Como parte de este mismo trabajo, no dejó de alarmarnos saber que, en Puerto Williams se registraban, las cifras más altas de prevalencia de la violencia, situación que preocupa y que debe servir como un llamado de atención en todos los niveles.
Este 25 de noviembre se conmemoró el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, y es una nueva oportunidad para poner sobre relieve la situación que han experimentado muchas niñas y mujeres a lo largo de sus vidas.
En Chile según datos oficiales, se asegura que 2 de cada 5 mujeres ha atravesado por algún tipo de episodio de violencia en su vida. Organismos internacionales han explicado que el contexto de la pandemia del Covid-19 ha acentuado estos hechos, mientras que el apoyo a las víctimas ha disminuido.
En primer término, es necesario manifestar el rechazo rotundo a cualquier forma de violencia. Su condena debe ser unánime sin dudas. Partiendo de esta necesaria premisa, es necesario reforzar las acciones y medidas que permitan cuanto antes, comenzar a erradicar la agresión y la vulneración de derechos de las que son víctimas muchas mujeres.
Intentos de minimizar o pasar por alto cualquiera de las formas que adquiere la violencia, contribuye a la impunidad de los agresores y sus inaceptables conductas. Así es como, debemos ser capaces de generar las condiciones para brindar espacios seguros de trabajo, en el hogar o las instituciones educativas, debemos ser capaces de ofrecer herramientas ágiles para la formulación de denuncias y propender a procesos formativos que estén acordes con las actuales necesidades.
Desde una perspectiva múltiple, debemos por una parte abordar los hechos de violencia para que estos no se repitan. Prevenir, educar desde las escuelas, instituciones públicas y el sector privado todos estamos llamados a establecer un compromiso social de cara a la problemática que nos involucra como comunidad.
Acabar con la violencia sabemos, puede ser un reto complejo, sin embargo, han sido las propias mujeres, desde la organización y la autodeterminación, quienes han expuesto la triste y larga historia de machismo que solo ha originado dolor y mayor desigualdad.
Debemos seguir escuchando y aprendiendo para lograr adoptar medidas certeras que apunten a la erradicación de toda forma de violencia. Para ello, debemos tener en consideración aspectos que vayan desde la prevención a los objetivos de una transformación social y cultural más profunda.
Mientras sigan existiendo agresores y víctimas de violencia, será imposible avanzar como sociedad en aspectos fundamentales para el desarrollo como la igualdad de derechos y oportunidades.
Actuar ahora es urgente y requiere de la reafirmación del compromiso firme de todas y todos.
Por Nelson Cárcamo Barrera
Delegado Presidencial Provincial de la Antártica Chilena
Columna de opinión publicada el 28 de noviembre en suplemento “Análisis” de Diario El Pingüino.